EN LA OPINIÓN DE…
POR: EL OBSERVADOR
EL NIÑO SAMUEL
Los niños deben transitar por varias etapas para madurar o comportarse como un adulto. Es normal que un niño disfrute de su niñez y atraviese la pubertad, la adolescencia, la juventud y luego la adultez total, de una manera progresiva.
Cuando un niño se comporta como adulto, está asumiendo un comportamiento que no encaja con su momento vital.
Eso mismo pasa en el servicio público, cuando no hay madurez política.
Samuel García le regaló a su esposa, una camioneta Tesla con valor de 2.5 millones de pesos.
Toda la ciudadanía se “alegra” que Samuel pueda darle esos regalos a su esposa, porque “se merece eso y más”.
Para Samuel sin ninguna sensibilidad, resulta más importante deslumbrar a los jóvenes como él en sus redes sociales, que enfrentar la responsabilidad de las condiciones vergonzosas del transporte público en Nuevo León.
Dejando de lado el interés por los aspectos de la política, como los derechos humanos y la democracia.
Gilles Lipovetsky plantea que en la medida en que más consumimos, más reforzamos nuestros valores y más podemos hacer frente a la incertidumbre de lo inmediato.
Los niños hoy en día pueden parecer más maduros, por la excesiva información sin fronteras que existe en internet, pero hay que saber diferenciar lo que es conocimiento de lo que es una mera imitación de modelos.
Crecer antes de tiempo no es positivo para los niños porque no están preparados para vivir y actuar como adultos.
