Por: El Visor
LAS BURLAS DE SAMUEL GARCÍA HACIA LOS CIUDADANOS
El gobernador Samuel García día a día demuestra más su desapego hacia los ciudadanos a quienes algún día dijo buscaría mejorar su calidad de vida, para hacer de Nuevo León el mejor estado para nacer, crecer, estudiar y vivir.
En su última burla, el mandatario emecista pidió a los nuevoleoneses que usan automóviles, bajarse de ellos a fin de usar el transporte público de pasajeros, Metro incluido, para así disminuir el grave problema de movilidad que afecta a la zona metropolitana de Monterrey.
García y su secretario de Movilidad, Hernán Villarreal, aquel que muchos medios de comunicación y organismos del sector privado consideraban el mejor experto en Transporte Público, culpan ahora a los cientos de miles de automovilistas particulares de ser los generadores del caos vehicular que de lunes a domingo mantienen a la ciudad paralizada.
La incapacidad de los funcionarios para desanudar el nudo gordiano que por años, décadas ha afectado a miles de familias mermando su calidad de vida al estar horas atoradas en el tráfico, lo quieren ahora resolver con soluciones ramplonas, simplistas, al carecer de una estrategia seria y formal que cambie la situación.
La insensibilidad es igual o peor que la incapacidad.
TARDE O TEMPRANO, LAS PRESAS SE SECARÁN Y NO HAY FORMA DE RESOLVER EL PROBLEMA
Con la apertura de las compuertas de El Cuchillo en tres ocasiones en los dos últimos meses, la zona metropolitana de Monterrey perdió en transferencias hacia Tamaulipas lo que son 30 meses de abasto del vital líquido.
¿Y que hizo el Gobierno de Nuevo León al respecto? Nada, absolutamente nada.
Apenas en septiembre del 2024, Samuel García presumía que ya no habría desabasto, y que las familias nuevoleonesas podrían contar en tener agua en sus casas las 24 horas del día durante los próximos seis años.
Ahora las cuentas no le saldrán, pues de 72 meses ya solo quedan 42, y al ritmo creciente del consumo y con previsiones de se recrudecerá la sequía que azota al noreste de México, para el 2028 ya no habrá agua que consumir.
Nuevo León carece de un plan alternativo, solido, más allá de los rezos del mandatario emecista para que uno, dos o más huracanes impacten en los próximos meses o años la entidad a fin de recargar los embalses de La Boca, Cerro Prieto y El Cuchillo, que permitan prever el desabasto y con ello no generar el malestar de los habitantes ante esta problemática.
Nadie, ni la presidenta Claudia Sheinbaum podrá ayudarlo.