Los niños…
Por: Stibaliz RuizUrquijo
1 de febrero del 2021
Ayer estaba escuchando hablar a una persona sobre las escuelas de los niños, y no me quedo duda de que ésta generación no será, pero para nada parecida a las que podríamos pensar antes del 2020.
Escuchaba con entusiasmo, inclusive, que los niños de su familia habían sido dados de baja del colegio por mera voluntad de los Papás, en este caso, al principio me causo confusión, pero ya que lo analice en cuestión de minutos, aún y que ella seguía hablando, me di cuenta que a esos niños les estaban haciendo un favor, a pesar de haber estado en un colegio muy congraciado de la ciudad, también ayudo al bolsillo de los Papás… pero no quedó ahí, no los sacaron del Colegio para que perdieran el año, haciendo nada. No.
Los niños entraron a una escuela de gobierno, de primer nivel, llevan mejores calificaciones, disfrutan más sus clases, y lo que hicieron, como no llevan inglés, los metieron a clases de inglés, de pintura y una que me llamo mucho la atención que trata de la historia, de la prehistoria. Ahora los niños disfrutan más de sus días.
Yo traía en mi cabeza, la preocupación de que los niños estaban comenzando a dejar de socializar, de llenarse de tierra hasta los mocos, no le sabían a la bici, era muy difícil escuchar de un niño “quiero unos patines”, porque la pasaban metidos en la Tablet, jugando o viendo videos, caricaturas, no sé, mil cosas que vaya a imaginar usted que encontraban.
Pero ahora mi preocupación bajo, porque al menos de los niños que he conocido o escuchado entre los míos, están hartos ¡de la tecnología! Eso de alguna manera me hizo feliz porque yo veía que para la Mamá era la cosa más sencilla del planeta darle una Tablet o una laptop para que “se encontrara entretenido” ahora a fuerza la tienen que usar pero para hacer sus clases online.
Me puse a pensar, ahora van a buscar hacer cosas más divertidas que traer la Tablet en la mano, estoy consciente que el tiempo no es el mismo que nos tocó a nosotros de andar jugando a las escondidillas, a los encantados, ¡al stop!, no, no es fácil, entre la pandemia y el terror que tenemos a que salgan solos, está complicado, pero ahora con el tiempo – mucho o poco – que tengamos libre, lo podemos usar para ellos, para enseñarles de que forma nos divertíamos nosotros, que se llenen de tierra, que se raspen las rodillas, que huelan “a león” decía mi Mamá, cuando nos llamaba para ya cenar, bañarnos e irnos a dormir.
Es una manera de aprovechar el tiempo, y creo yo que lo más importante, dar calidad, en lugar de cantidad… antes teníamos el tiempo medido, pero ahora creo que estamos un poco más libres. Que ellos crezcan con la responsabilidad de que tienen que estudiar, de un modo diferente, pero tienen que sacar sus estudios, pero al mismo tiempo van a convivir más con la familia, para mi es algo importante, sus valores serán más reforzados, recordarán este tiempo como la pandemia, pero nosotros podemos provocar que no se acuerden de lo malo de la pandemia, sino de lo que vivieron en casa con Papá y Mamá durante la pandemia.
Eso también quedará en nuestra mente, también nosotros al provocar que no sólo sea escuela, será una manera que al mismo tiempo que ellos aprenden cosas nuevas, nosotros aprendemos de ellos, y eso nos ayuda a nunca perder nuestra capacidad de asombro.
Por cierto, un primero de febrero del 2005 me cambio la vida para siempre, feliz día de mi independencia.
ruiz.urquijoopinion@gmail.com