Como periodista estoy a favor de la libertad de expresión, del debate con sustento, del intercambio de opiniones. Pero también como periodista estoy en contra de la denostación, de la humillación, de la crítica sin fundamento.
Recientemente la red social Twitter dio de baja una buena cantidad de cuentas por considerarlas que transmitían mensajes que incitaban a la violencia, entre ellas la del “aún” presidente de Estados Unidos, Donald Trump y muchos de sus seguidores, hasta de una actriz que ha trabajado en varios melodramas mexicanos.
Aquí, en México, el INE ha mencionado que la rueda de prensa que todos los días realiza el presidente, deberá ser suspendida durante los meses previos a la elección, lo que ha causado indignación tanto en el mandatario como en sus correligionarios.
Ahora todo es censura, y hasta donde tengo entendido las reglas están en la ley, ningún ente gubernamental debe hacer o hacerse publicidad durante el período electoral, fue por eso que abogaron durante muchos años quienes ahora están en el poder y parece que ahora están en contra de lo que tanto exigían cuando eran oposición.
El cierre de cuentas de las redes sociales del presidente Trump y de sus seguidores, como la suspensión de la mañanera de AMLO, no se trata de censura; en el primer caso, y que también está dentro de la legislación norteamericana, estaba incitando a la violencia y en el segundo será evidente promoción para el partido del presidente.
Esto me trae a la mente aquel dicho: “Hágase la democracia en los bueyes de mi compadre” esto es, “aplícale la ley a el otro, a mí no” y de nuevo se cae en lo que tanto se criticó.
En más que evidente que nadie es dueño de la verdad absoluta, todos creemos saber la única verdad, pero la realidad es que nuestro similar tiene “SU” verdad. Entonces, considerando eso, Twitter y sus directivos podrán haberse extralimitado con sus acciones, pero ojo, la plataforma es de ellos, no es tuya, ni mía, es más no recuerdo que alguien haya pagado alguna suscripción para decir “Es mi cuenta y yo sé lo que hago y publico ahí”; pues sí, pero el verdadero dueño sabrá si te quiere en su plataforma o no.
Y acá, guardando las debidas proporciones, tal vez pase lo mismo; el dueño de la “plataforma” terminará por implementar sus criterios, le guste o no a quien sea.