FE
Por: Stibaliz RuizUrquijo
22 de marzo del 2021
Ahora con la apertura de más espacios, creo que lo que nos indica es que, como ya lo venía mencionando, es un acto de responsabilidad personal. Nadie estará ahí pidiéndote que te cuides, que te laves las manos, que uses cubrebocas, que tengas distancia.
Ahora es bajo tu responsabilidad salir con tu familia a cualquier lugar, ya conoces los cuidados y las consecuencias.
Creo que yo me iría por el lado de que, si no tenemos a que salir, no salgamos, sigue la vacunación, pero aún nos falta mucho para que todos estemos vacunados, con esto quiero decir que no nos confiemos, las autoridades al momento que anuncian reapertura de horarios y diferentes lugares, no nos están diciendo que la pandemia ha terminado.
Lo que me ha parecido una muy buena medida que han tomado las autoridades, es el cerrar parques y parajes, aquí en el estado, eso hará mucho más controlable la situación.
Lo que no entiendo es que si en nuestro estado están tomando medidas drásticas CUIDÁNDONOS, nosotros hacemos planes de irnos a la playa, eso no es reclamable, lo reclamable y preocupante es la regresada, ¿quién ha dicho que en la playa no hay Covid? Lo que no hay es responsabilidad social.
Tengo un voto de fe, con todos aquellos que saldrán de la ciudad, que serán buenos responsables con su propia salud, cuidando que no vengan felices de sus vacaciones, pero contagiados. Volveríamos a estar como hace unos meses, eso sería muy lamentable.
Los que nos quedamos, tengo fe que seremos ordenados y responsables para salir, que no porque somos familia, ya puedo ir a visitar a los míos sin miedos, los miedos siguen, la incertidumbre sigue, y el virus sigue.
Muchos volverán a trabajar, después de un año, los que no hemos parado, ya estamos muy acostumbrados a no saludar de mano, a traer el cubrebocas como parte del día a día, hacemos distancia, en nuestras oficinas los protocolos que al principio nos traían locos, ya ahora se dan muy naturales. Ahora nos tocará ayudar a los que se lleguen a integrar a esta nueva realidad en la oficina, no será fácil, a nosotros nos ha tocado aprender durante todo un año, pero no nos cuesta nada ayudar y apoyar a nuestros compañeros, empatía ¿se acuerdan?
En realidad, todo este año, ha sido de altas y bajas, de aprender, de saber reconocer que tenemos miedo, que la vida sigue con sus adversidades, que tenemos que ser más valientes y centrados en nuestra vida. Pero también ha dejado muchas preguntas en el aire que a mí en lo personal me preocupa.
Me preocupa la parte social de nuestros niños y nuestros jóvenes, habrá que trabajar mucho en ellos, si ya veníamos con toda la paciencia del mundo en ellos, ahora habrá que duplicarla, se imaginan lo duro que es para ellos no convivir más que con sus Papás y sus hermanos, será un arduo trabajo con ellos, yo veo a mi sobrina, por ejemplo; recién comenzó la pandemia, ella entraba a la facultad, pues todo fue frío, no hubo esa bienvenida que muchos vivimos al llegar a la universidad, fue por una reunión de zoom y sólo se presentaron con algunos de sus compañeros, pero hasta el día de hoy no han convivido en persona, a mi forma de ver, será un poco complicado que ellos renueven la confianza en ellos mismos para comenzar a socializar.
Otra de mis sobrinas, cumplió 15 años, desde los 11 o 12 ella soñaba con su fiesta de quince años, porque, aunque los tiempos “son modernos” ella quería fiesta, su vestido largo, coreografía con las amigas, baile, a los amigos, a la familia, como antes, y ¿Qué paso? Su cumpleaños fue en casa con su Mamá, su Papá y su hermana. Eso ha dejado en ella un sinfín de frustraciones, porque, aunque tenga 15 años, no logra entender del todo lo que azota al mundo, no solo a ella, pero en esa edad tan difícil, seguro está pensando ¿Por qué a mí?, y es todo un proceso de terapia que hemos hecho con ella, pero son los 15!!! Nos llevará tiempo, hacer su fiesta y que ella la disfrute como tanto la ha soñado. Sé que pasará, pero no tengo idea de cuando, sólo nos queda no dejar de hacer el intento en que ella comprenda la situación al cien por ciento, aunque sea difícil, aunque sea un proceso largo, la paciencia viene sola y el entendimiento también.
Ahí la llevamos, no nos confiemos, comencemos a trabajar con nuestros niños, con nuestros jóvenes, obvio primero en nosotros para poder ofrecer ayuda o apoyo a quién más lo necesite.
No dejemos de lado las recomendaciones, esas seguirán por un muy buen largo tiempo…
ruiz.urquijoopinion@gmail.com