Juez determinará, de acuerdo a los argumentos del MP, si el acusado continúa proceso en cárcel o le concede resguardo domiciliario
MONTERREY,N.L.- Mientras las pequeñitas Regina e Isabela fueron ya sepultadas en el Panteón Valle de la Paz, en el municipio de San Pedro, la fiscalía de estado confirmó que los dictámenes periciales practicados al conductor, presunto responsable del accidente donde murieron las dos pequeñas, revelaron ebriedad completa, además de drogado por cocaína y mariguana.
El cortejo fúnebre partió de las capillas Marianas alrededor de las 15:00 horas y la carroza fue acompañada por más de un centenar de vehículos, así como de un nutrido grupo de repartidores en motocicletas que trabajan para aplicaciones digitales.
Fue así como la carroza, una camioneta en color blanco inició su camino por la avenida Lázaro Cárdenas hasta llegar a la avenida Gómez Morín y dirigirse hasta el camposanto ubicado en el municipio de San Pedro.
Fuie necesario implementar un operativo vial para poder facilitar el paso del cortejo fúnebre hasta el panteón, donde finalmente las dos niñas fueron sepultadas ante un reducido número de personas por cuestiones de la contingencia.
Acompañados de familiares cercanos Mariana Jazmín Lugo Ortiz y Daniel Macías de la Fuente dieron el último adiós a sus hijitas Regina e Isabela, de 5 y 2 años de edad respectivamente.
Y mientras la familia envuelta en su dolor sepultaban a las pequeñitas, el presunto responsable del accidente Irwing Gustavo, de 28 años comparecía ante un juez de control por los delitos de homicidio y lesiones culposas agravadas.
La Fiscalía inició una carpeta de investigación donde se anexaron los dictámenes toxicológicos y de alcoholemia que le fueron practicados al conductor los cuales revelaron que andaba ebrio completo al momento del accidente, además de que había consumido cocaína y mariguana, cuyos residuos también fueron encontrados en una pipa que estaba en el carro Mazda.
Irwing Gustavo permanecerá detenido en celdas municipales, en espera de que se resuelva su situación jurídica y según el artículo 66 del Código de Procedimientos Penales de Nuevo León alcanzaría una pena de 3 a 9 años de prisión si el MP presentara las agravantes al juez, de lo cual dependerá si se le decreta prisión preventiva o resguardo domiciliario.