Por: Stibaliz RuizUrquijo
9 de noviembre del 2020
Bien dicen que lo que extrañamos más son las épocas que vivimos, añoramos cosas que quisiéramos volver a tener, momentos, personas, casas, trabajos, no sé, puede ser cualquier cosa, pero ahora lo que más extrañamos es la vida que dejamos atrás entre los meses de febrero y marzo.
Por así decirlo, extrañamos ser libres, libres de salir, entrar, abrazar, besar, no pensar que si ahora no te cubres la boca y te lavas las manos puede contraer un virus, que en algunos casos ha sido letal. Ahora que veo los indicadores de nuevo en rojo varios de ellos, lo único que pienso es; en realidad no nos estamos valorando como sociedad, si así lo hiciéramos no veríamos las filas enormes para entrar a un restaurante, a niños donde no deben de estar, a personas vulnerables en la calle. Y entiendo el punto que somos muchos los que salimos a trabajar todos los días, pero a nadie más que a nosotros nos toca cuidarnos, si es que tanto añoramos aquella vida “de libertad” que teníamos y que ahora que estamos asustados, algunos enfermos, algunos sin salir de su casa desde febrero, algunos cerrando sus negocios, ahora si valoramos nuestra salud, algunos, porque es de adultos decir que a muchos en definitiva no se quieren y por consecuencia no se cuidan.
Hace un rato leí, “quedan 6 sábados para navidad, aún podemos salvarla”. Y si lo creo, pero para eso necesitamos hacer compañerismo con nosotros mismo, en casa, en el trabajo, en la calle. Si vemos a alguien sin el cubrebocas, puede haber muchas razones porque no lo trae, regalémosle uno, yo compre uno bolsita con 10 tapabocas, que a lo mejor no son los mejores, ni los mas cubridores, no sé, pero es un tapabocas que le ha servido a alguien, porque lo olvido, se le cayó, o simplemente no tiene uno, pasa, pasa.
Escucho a las autoridades pedirnos ya desesperados NO SALGAN DE SU CASA, no lo están haciendo para molestar o porque no quieren que andemos de compras, no, nos lo están diciendo porque volvimos a los números rojos, porque llego el momento crítico que todos temíamos.
Es lógico, que somos muchos los que tenemos que ir al súper, al banco, a lugares que en definitiva no puedes arriesgar a tus Papás, a tus hijos, pero llevas todas tus precauciones y a lo que vas, vas.
Pero me ha tocado escuchar entre pasillos “ya no sabía qué hacer y me vine a pasear al súper” ¿pero cómo? No entiendo eso, nos están pidiendo por NUESTRA seguridad, que no salgamos y te aburriste y te fuiste al súper a pasear??? No, creo que nos falta mucho como sociedad para cambiar nuestros hábitos y caer en la cruda realidad de la nueva normalidad.
Si las autoridades deciden acciones más drásticas, ahí estarán muchos de quejosos.
ruiz.urquijoopinion@gmail.com