EL CASO DEL LADRON QUE SE CREYO POLICIA POR UNOS MINUTOS
Crónicas de un reportero policiaco
Por: Rene Martínez
Fue a principio de los años noventa, que una llamada de radio movilizó a todas las patrullas de la desaparecida corporación de Seguridad Pública del Estado que se encontraban vigilando el sector centro de la ciudad que, por medio de la transmisión la central, comunicaba el robo de una patrulla de las calles del centro de la ciudad.
El operador de la planta de radio proporcionó de inmediato el número de la unidad que aparecía en números grandes a los costados y el techo de la patrulla robada, la cual se llevaron los ladrones del cruce de las calles de Calzada Madero y Benito Juárez en pleno centro de la ciudad, lo cual ocurrió alrededor de las 02:00 de la madrugada.
El desconcierto de los oficiales que escucharon el llamado de la central de comunicaciones de radio de la policía fue total ¿A quién se le ocurre robar una patrulla?, ¿Cómo es esto posible, si la tripulación consta de dos elementos mínimo y en alguna ocasión destinan hasta tres policías para utilizarla durante todo un turno?
La movilización fue inmediata en todas las calles del centro de la ciudad, pero en silencio, sin accionar las sirenas de las unidades, ni encender las torretas que denotan a lo lejos la presencia de los vehículos utilizados por la policía.
Lo oficiales que la tripulaban relataban al comandante de sección, quien acudió al lugar lo ocurrido: Habían pedido permiso a la planta de radio para estacionarse unos momentos y adquirir algo de comer pues pasaba de la medianoche y los policías tenían hambre.
Luego de platicar entre ellos sobre la mejor posibilidad de hacerlo y para no entorpecer las labores de vigilancia del sector y como muchos de los establecimientos que venden comida se hallaban cerrados acordaron acudir a uno de los taqueros que operan en la calzada, en el sector centro, y comprar algo para comer así no saldrían del sector que les tenían asignado durante el turno y sería breve el tiempo que usaran para esto.
Las calles estaban solitarias y no había clientes cuando llegaron al puesto callejero de venta de comida, por lo cual los dos oficiales decidieron bajar de la patrulla para acercarse al vendedor de comida y hacerle la petición.
El policía que manejaba el vehículo pensó dejar encendido el motor y con las llaves puestas mientras acudían a unos pocos metros a comprar la comida a sabiendas que no tardarían mucho tiempo en hacerlo pues no había clientes en esos momentos con el taquero.
Así lo hicieron y mientras ambos solicitaban las respectivas órdenes de comida, de espalda a la patrulla la vieron repentinamente ponerse en marcha y pasar a toda prisa por un lado de donde ellos se encontraban y casi atropella a uno de los policías que ahí se encontraban.
Uno de ellos, corriendo, trató del alcanzar el vehículo pero sin lograrlo, ante lo cual procedieron de inmediato a hacer uso de los equipos de transmisión de radio que llevaban al cinto para avisar a la central lo que pasaba y que fuera difundido el mensaje entre los otros oficiales destinados al centro de la ciudad en ese turno.
¿Qué había pasado? pues que, aprovechando la distracción de los uniformados, un desconocido se acercó caminando agachado hasta lograr subir a la patrulla y aprovechando que estaba el motor encendido y las llaves puestas la puso en marcha alejándose del lugar.
La movilización de los otros oficiales en sus patrullas fue rápida y a los pocos minutos se recibió el reporte de la planta de radio que la patrulla robada había sido localizada.
¿Dónde? a pocas cuadras de donde fue robada, sobre la calle Isaac Garza a media cuadra de la calle Juárez donde el ladrón desconocido había decidido abandonarla.
¿Por qué? quizá porque por medio de la radiofrecuencia con que estaba equipada la unidad pudo escuchar el llamado de la radio a los otros patrulleros para localizarla y se atemorizó.
Ante el peligro de ser sorprendido tripulando la patrulla que había robado, optó por estacionar el vehículo de la policía y bajar a todo correr perdiéndose entre las oscuras calles de sector para evadir su detención por los uniformados.
El comandante de sector hizo presencia en el sitio, al igual que los oficiales a quienes les fue robado el vehículo, quienes recibieron un fuerte llamado de atención, ya todos sabían que debían cumplir una sanción de arresto administrativo por su mala conducta e irresponsabilidad.
Además de esto durante varios días fueron el blanco de las burlas de sus compañeros de oficio, un par de policías que fueron robados y dejados sin patrulla por un ladrón.
Un caso de antología, que hasta el momento nunca se había presentado en la historia de la corporación y el cual por cierto tampoco volvió a repetirse de nuevo durante los años que existió la corporación policial.
Pero en los momentos luego que fue localizada, todos los policías estaban tranquilos. La patrulla robada pudo ser recuperada en pocos minutos y hasta el momento se desconoce el nombre del sujeto que se atrevió a realizar el inusual robo.