Atónitos
La empatía en tiempos de guerra
Por: Stibaliz RuizUquijo
2 de septiembre del 2024
El fin de semana pasado tuve la oportunidad de asistir a un concierto, y mientras comenzaba observaba y escuchaba la cantidad de disculpas que daba un señorita a una señora, por una cuestión de la señora (andaba perdida de espacio), a lo que voy es que nos falta muchísimo para tener una empatía con TODO mundo.
Una vez que a la señora la llevaron a su lugar, la chica se acerca conmigo y me pregunta que si todo está bien, le conteste que si, que agradecía su gesto y me dice; “ojalá la gente entendiera que hay cosas que no están en nuestras manos” pero ya la vi muy afligida y lo que le dije fue: “ten paciencia (más) ya pronto comenzará el concierto y todo mundo se olvidará del asunto.
Y no nada más con ella me refiero a la empatía, hablo por las personas que trabajan al servicio al cliente, de hostess, los que atienden en los bancos (que aquí ahorita diré lo que pienso de ellos) los adultos mayores que nos atienden en el supermercado, los chicos que hacen su dinero empacando nuestras compras, hay miles.
No nos cuesta nada sonreír, darle gracias, agradecerle a los adultos mayores que empaquetan el super con algo de dinero, es su única fuente de ingresos, nos hacen el favor de ayudarnos y nosotros podemos ser recíprocos con ellos.
En lo que se refiere a las llamadas de bancos o fondeadoras que ofrecen préstamos, tarjetas de créditos, créditos hipotecarios, reconozco su trabajo, el cual es vender, peeeeeero, ¡déjenme hablar! No te dejan hablar para decirles que por el momento no te interesa, después de 3 minutos, ahora si te dice: ¿cómo se encuentra? Y contestas con: “con cero interés en su ofrecimiento” ¡¡¡te cuelgan!!! O se indignan, y te preguntan 20 veces más ¿Por qué no está interesada? Para entonces ya uno se está convirtiendo en Hulk!
No lo hagan chicos, su trabajo es vender, no hacer pasar un mal rato a la humanidad, ya tenemos suficiente.
En cambio hay personas que escuchan, una vez que dices no me interesa, ellos contestan muy amables, dándote las gracias. Hay de gentes a gentes.
Pero bueno, traemos mil cosas en la cabeza, pero no cuesta nada decir: Hola, gracias, de nada e igualmente. También nosotros tengamos un rato de paz entre tanto que tenemos día a día. A veces hasta te sacan una sonrisa.
Eso pienso yo.
ruiz.urquijoopinion@gmail.com