Por: Mario Alberto Palacios
Con un llamado a redimensionar la importancia de las montañas y fortalecer la conexión con la naturaleza, Lorena Vázquez Ordaz, directora general del Parque Ecológico Chipinque, presidió la presentación del plan de conservación y manejo sostenible, que marca su evolución a parque Reserva Natural Protegida.
Durante el evento, Vázquez Ordaz destacó que esta transformación es el resultado de 33 años de gestión exitosa, sostenida por un modelo empresarial y por la colaboración entre los sectores público, privado y social. “Chipinque ha resistido incendios, huracanes y tormentas, pero sobre todo ha desarrollado resiliencia. Hoy damos un paso valiente hacia una visión a 100 años que garantice su existencia para las futuras generaciones”, afirmó.
El nuevo enfoque permitirá ser un museo vivo de la biodiversidad
La directora subrayó que Chipinque representa el 75% de la biodiversidad de Nuevo León, lo que lo convierte en “un museo vivo de flora y fauna”.
Además, recordó que el área natural tiene una función ecológica crucial para la metrópoli, pues captura 10 mil millones de litros de agua al año —equivalentes al consumo de 180 mil personas— y 372 mil toneladas de CO₂, lo que representa retirar de circulación 80 mil automóviles.
“Vengas o no vengas a Chipinque, está trabajando para ti y para tu vida”, expresó Vázquez, destacando que la reserva también funciona como bosque urbano, al estilo de las áreas naturales protegidas cercanas a grandes ciudades como Río de Janeiro o Vancouver.
Santiago Clariond Lozano, presidente del Patronato de Chipinque, explicó que la nueva etapa busca consolidar un equilibrio entre la conservación, la educación ambiental y la experiencia del visitante. “Queremos que la gente venga a conectar con la naturaleza, a respirar y a entender que conservar requiere recursos, voluntad y participación ciudadana”, señaló.
El nuevo Plan de Manejo Sostenible (PMS) se basa en ciencia y establece una ruta a 10 años con una visión a largo plazo de 100 años, enfocada en garantizar la permanencia del ecosistema.
Entre sus ejes principales están la educación ambiental, la reducción de residuos —actualmente del 95%— y la autosuficiencia financiera alcanzada
Clariond detalló que la reserva implementará nuevas estrategias para controlar la capacidad de carga y evitar el sobre turismo. Se promoverán experiencias de conexión profunda con la naturaleza, como meditación, baños de bosque y sanación con sonido, además de actividades educativas que impulsen la cultura de conservación.
“Queremos que los visitantes pasen de ser usuarios del parque a guardianes de la naturaleza”, agregó Vázquez.
“Nuestro sueño es que Chipinque se consolide como una reserva natural de clase mundial, orgullo de Monterrey y referente de conservación en México y el mundo.”







