Según dos estudios de científicos estadounidenses publicados en la revista Natura Astronomy se asegura que hay señales inequívocas de detección de agua molecular en la Luna.
El estudio revela además que el satélite natural de la Tierra contiene agua helada y en los cráteres, donde nunca llega la luz solar, el líquido podría estar «atrapado» de forma estable.
Hace dos años ya se habían detectado signos de hidratación en la superficie lunar, particularmente alrededor del polo Sur, que posiblemente correspondían a la presencia de agua, pero el método empleado no podía diferenciar si se trataba de agua molecular (H2O) o de hidroxiles (radicales llamados OH).
En esta nueva publicación, un equipo dirigido por Casey Honniball de la Universidad de Hawai, usó datos del Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA) de la NASA, un avión Boeing 747SP modificado para transportar un telescopio reflector.
Los datos fueron tomados del cráter Clavius, cerca del polo Sur, que fue observado por SOFIA en una longitud de onda de seis micras, a la que el agua molecular produce una firma espectral única.
El agua, atrapada dentro de granos de polvo o de cristales, cuando es excitada por la luz del Sol vibra y la vuelve a emitir a una longitud de onda de seis micras.
Aunque no se puede probar que estas trampas frías realmente contengan reservas de hielo -“la única forma de hacerlo sería ir allí en persona o con rovers y cavar”, dice Hayne- los resultados “son prometedores” y futuras misiones podrían arrojar aún más luz sobre los recursos hídricos de la Luna.