Luego de reconocer ante la prensa Internacional que las redes sociales se le han «salido de las manos» la directora de Amar a Nuevo León, e influencer Mariana Rodríguez, ahora dice estar molesta por la situación que desencadenó la semana pasada tras sacar un bebé del DIF Capullos bajo el programa de acogimiento, sin contar con las acreditaciones que la dependencia exige..
En su cuenta de Facebook primero publicó una extensa entrevista, que dio en exclusiva al diario español El País y después posteó un amplio escrito dónde da a conocer su sentir y agradece a las personas que publicaron a su favor y a los que hicieron extensivo su enojo los invita a ser empáticos con todos esos niños que no tienen papá ni mamá.
Sin embargo, no argumenta nada en torno a la acusación que hiciera el organismo internacional “Save the Children” sobre una posible trata de personas, ni de la investigación que inició el DIF Nacional por la sustracción que tanto Mariana como su esposo, el gobernador de Nuevo León Samuel García, hicieron del menor Emilio, a quien por cierto expusieron en fotografías de sus redes sociales y mencionaron su discapacidad.
Aunque es su escrito asegura que nada de lo que hace tiene fines publicitarios, días después de regresar a Emilio al DIF Capullos, acudió a un operativo de protección civil para entregar chocolate y pan a personas sin hogar y a quienes en temporada de bajas temperaturas son trasladados a albergues comunitarios y ahí también publicó el traslado de tres personas que viven en las calles, a dichos albergues, cuando esto es una práctica común en días de bajas temperaturas.
Esto es el texto publicado por la esposa del gobernador Samuel García: «Ha pasado apenas una semana, pero desde que Emilio estuvo conmigo se desató una discusión frenética en redes sociales. Quiero agradecer a quienes vieron en esto un acto de amor y me apoyaron, o al menos entendieron que mi intención es ayudar. Pero también leí a gente enojada, algunos porque creyeron que la información manipulada, distorsionada o falsa era verdad y otros porque su trabajo es destruir y lastimar.
Hoy escribo esto para la gente que cree que hice algo malo. Quiero decirles que he estado muy triste y enojada, porque creo que las acusaciones y los insultos que recibí son injustos, porque son muchos los que opinaron sin investigar sobre mi relación con Emilio, ni sobre el tiempo que he pasado con él, ni el trabajo que he hecho en Capullos.
Porque yo hice lo que hice por amor y cumpliendo con todos los procesos legales, porque yo misma avisé antes de hacerlo, porque estoy segura que a Emilio le hizo bien y porque sé que hay miles de niñas y niños en casas hogares de todo México que merecen la oportunidad de vivir en familia, de saber que no están solos, que pueden tener un futuro distinto.
Después de leer mucho de lo que se ha dicho, quiero decirles que esto no se trata de mí, se trata de Emilio y de todas las niñas y niños que no tienen papá ni mamá ni un hogar. Esto es una oportunidad para que todas y todos se enteren de cómo viven estos niños, sus carencias, las malas condiciones de las casas hogar, el tormentoso proceso que tienen que seguir las familias que quieren adoptar y la tristeza de muchos de esos niños que, por su edad o por padecer algún problema, parecen condenados a quedarse encerrados. Porque sí, en muchos casos, vivir en una casa hogar es una especie de encierro.
Desde hace más de tres meses no he dejado de ir Capullos, no he dejado de trabajar, de aprender, de hacer cosas para que otras personas se involucren, donando y ayudando. Lo hago porque estoy convencida y me nace, porque quiero ayudar.
Nada de lo que hago tiene fines publicitarios. No soy política, ni soy funcionaria, ni tengo sueldo y mis redes dejaron de ser mi fuente de empleo, ahora las utilizo para visibilizar la situación que viven miles de niñas y niños en Nuevo León. Ojalá entendamos que en estos tiempos las redes también sirven para ayudar.
Tengo claro que, sin importar que lo haga con el corazón, muchos no estarán de acuerdo con mis acciones y que otros buscarán generar notas y publicaciones negativas porque a eso se dedican, pero quiero invitarlos a que no permitamos que nos distraigan de lo importante y a que unamos nuestras voces para hablar por quienes no pueden, por los más vulnerables, por nuestros niños.
Estoy convencida de que, aunque somos diferentes, todos tenemos algo que dar, todos podemos ser parte de la solución y, si mis formas no comulgan contigo, lo respeto y te invito a hacer las cosas como tú crees que deban ser, como sea, pero ayuda.
Emilio, las niñas y los niños, nos necesitan a todos.
